martes, 20 de septiembre de 2016

Pokémon Alternativo: Baslap

Baslap con 9 años... 
Galda: hijo, ven. Apúrate!
Baslap: qué pasa padre?
Galda: apúrate, tengo algo para ti!
Baslap: qué es padre? qué es?
Galda: cierra los ojos y pon tus manos juntas al frente
Una gran curiosidad... eso sentía, ansiedad por saber qué colocaría mi padre en mis manos, si era lo que estaba esperando o algo mejor. 
Baslap: padre, es el juguete que te pedí?
Galda: es algo mejor... toma
Inesperado lo que sentí en mis manos, un objeto esférico un poco grande para mis manos. Esta vez era algo mejor que cualquier obsequio, abrí los ojos y era una pokéball. 
Galda: vamos,  ábrela
Baslap: ah (en shock mientras una luz salía de la pokéball)
Galda: qué te ha pasado? no te ha gustado? te haz quedado sin palabras
Baslap: es... lo... mejor que me ha pasado! Un Ralts! pe- pero es algo diferente


Galda: hijo, esta Ralts es muy especial y rara, a este tipo de pokémon se les llama Shiny
Baslap: gracias padre!
Mi primer pokémon, fue una de las mejores cosas que me han pasado en la vida y sobre todo saber que era único no solo por su personalidad sino por su aspecto. Fue mi compañera varios años para jugar, hasta que llegó el día en que me enfrenté a alguien.

Baslap 12 años...
Chicos en la playa: vamos! Tú puedes, esquiva!
Baslap: hola, qué tal? soy Baslap qué hacen, están teniendo una batalla?
Chico playero: claro que sí! Acaso tu sabes manejar a tu pokémon durante una?
Baslap: pues... sí, claro que sí!
Chico playero: entonces ven!
Comenzaron a empujarme hacia el campo de batalla improvisado que armaron, empecé a sentirme nervioso y la verdad me había arrepentido de haber dicho que sabía manejar una batalla, solamente las había visto por televisión. Así que me llevaron frente a una chica que tenía un Palpitoad. 
Lulu: Palpitoad sal a combate
Chico playero: a ver, tú qué tienes?
Baslap: sal, Ralts! (unos pequeños destellos salieron de su cuerpo)
Lulu: oh, un pokémon Shiny...
Baslap: cómo conoces que es Shiny? 
Lulu: es obvio... me hablas como si tuviera 10 años
Baslap: cuántos tienes entonces?
Lulu: tengo 11!
Baslap: jajaja mucha diferencia

Lulu: agh! Palpitoad, Burbujas! 
Ralts, aguanta!
(Ralts recibe daño)

Palpitoad, Canon!
(Ralts recibe más daño)

Lulu: no piensas atacar? Palpitoad, Rayo Burbuja!
Ralts, esquiva utilizando Doble Equipo!
(Ralts esquiva el ataque)

Baslap: wow, Ralts eres increíble!

Lulu: a penas esquivas un ataque y piensas que es suficiente para ganar? Tonto, Rayo Burbuja!
Ralts, Confusión!
(ambos reciben daño)

Palpitoad Disparo Lodo!
Ralts resiste!
(Ralts queda muy dañado)

Palpitoad acaba con Rayo Burbuja!
Ralts aún se puede, Voz Cautivadora!
(el ataque revienta las burbujas y daña a Palpitoad)

Lulu: mucha suerte, Palpitoad ahora sí, acaba con Disparo Lodo!
Ralts no!
(Ralts queda debilitado)
Lulu: sabía que eras un perdedor desde que te vi...
Baslap: no lo soy!
Lulu: vete mejor...
Baslap: te demostraré que soy más fuerte que tu, solo espera!
Lulu: cuánto, cinco años? 
Fue un poco humillante estar derrotado frente a alguien menor que yo, una chica que subestimé pero que desde ese momento me puso en la cabeza entrenar para un día ganarle y que pueda reconocer el poder que puedo alcanzar. 

Baslap a los 13 años...

Entrené durante mucho tiempo con Ralts, aunque el entrenamiento no era tan eficiente porque debía acompañar a mi padre a muchos viajes donde no tenía la oportunidad de entrenar, así que sinceramente aumenté mi poder pero no al nivel que esperaba. Tenía miedo al sentir que cada día que pasaba más se acercaban esos cinco años que Lulu me había mencionado que tardaría y no quería que fuera así porque eso solo demostraría mi impotencia. 

Al viajar con mi padre hacia Ciudad Celeste para unas estructuras que harían más llamativo el Puente Pepita, le dije que estaría en el río que pasa debajo del puente junto con Ralts para descansar. La suavidad del río tranquilizaba hasta que un pokémon loco comenzó a saltar frente a nosotros y nos lanzó agua. 
Baslap: mira Ralts, es un Shellder!


No dude en intentar capturarle. Con la ayuda de Ralts pude lanzar una pokéball y luego de tres movimientos la pokéball quedó estática y la tomé.
Baslap: padre!
Galda: qué pasa hijo? (desde arriba del puente)
Baslap: he capturado un pokémon!
Galda: enserio? Voy hacia abajo!
Mi padre corrió a verme y preguntar si estaba bien, me pidió ver al nuevo pokémon y le ilusionó mucho que tuviera el valor para capturar uno.
Galda: hijo, te felicito... cuando lleguemos a casa tengo que hablar contigo
El viaje pasó y mi padre obtuvo muy buenas opiniones en el trabajo, venía muy feliz por esa parte, pero por otra se encontraba un tanto pensativo, creía que era por mi culpa. Regresamos a casa y llegó el momento de que mi padre hablara conmigo y me contara qué estaba pasando. 
Galda: hijo, lo que hiciste en Ciudad Celeste fue asombroso. 
Baslap: gracias padre
Galda: yo siempre quise que fueras como yo, que en algún momento pudieras ayudarme con mi trabajo... pero después de verte tan emocionado por haber capturado un nuevo pokémon yo creo que es hora de decirte que salgas a realizar tu viaje como entrenador pokémon  
Baslap: padre, de verdad quieres eso?
Galda: hijo, es lo mejor... y no se trata de lo que yo quiera, sino de lo que tú quieras
Baslap: gracias padre, eres el mejor.
Galda: hijo, prepara tus cosas y sal mañana temprano... ah y recuerda que tienes que volver el día de tu cumpleaños, otro regalo tan grande como cuando te di a Ralts te espera...
Baslap: gracias padre, lo prometo! 
Así comenzó mi viaje por la Región de Kanto, con el apoyo de mi padre y la presión de que tengo que ser fuerte para vencer a Lulu encima y Ralts pidiendo que entrene será suficiente para convertirme en el mejor.  


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